
Muchas veces me veo cazando moscas, como este sapo.
Y ya me cansé de las moscas y de dar saltos de una cosa a otra.
Es la hora del ¡para yá!
El único sentido que tiene lo que hago ahora
es no perderme en el laberinto de mi mente y ser engullida por la duda, el miedo o la dispersión.
Para ello necesito aprender una manera
que me permita entrar y salir del laberinto.
Precioso el Templo, inspiradoras palabras.Gracias Carmen por compartir tus vivencias, me pasaré a menudo por aquí. Gasshó!!
ResponderEliminarProbemos el SILENCIO INTERNO para ver si podemos salir del laberinto de la mente ¿qué podemos perder con probar?
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